Amanecer Espiritual

CAPITULO TERCERO

Elíptica Evolutiva

Reinos de la Naturaleza

Eras Geológicas

Proceso Evolutivo


La materia es el instrumento que nuestro espíritu necesita para poder realizar las experiencias en este plano físico, instrumento a través del cual se manifiestan los aspectos espirituales que lo componen, alma y mente; por lo tanto, cuanto mejor es el estado del instrumento, más fácil le es al espíritu utilizarlo y mejores son las realizaciones que a través de ese instrumento podemos obtener por cuanto la manifestación de lo espiritual encuentra menor resistencia a su manifestación.
Cuidemos nuestra materia en lo que respecta a nuestra alimentación y a nuestra higiene, no solamente física sino también mental y emocional, pues en la materia se reflejan todas nuestras emociones y todos nuestros pensamientos.
La materia está íntimamente ligada a nuestra mente y a nuestra alma, y la sutilísima red de filamentos de nuestro sistema nervioso es el medio a través del cual vibraciones positivas o negativas pueden penetrar en nuestra mente, en nuestra alma y en nuestro cuerpo físico.

"La vida solo es soportable cuando el cuerpo y el alma viven en perfecta armonía, existe un equilibrio natural entre ambos y se respetan recíprocamente."
DAVID HERBERT LAWRENCE


La mente, el alma y la materia están unidas mediante nuestro sistema nervioso, que a la vez está estrechamente unido a otro sistema invisible, pero que tiene tanta realidad como nuestro cuerpo físico. Es un sistema de "centros" que los humanos poseemos, no podemos verlos, pero cuya acción "siente" perfectamente la materia humana. Ver Capitulo Primero.
Si bien a través de nuestro sistema nervioso recibimos las vibraciones, éstas no son "descargadas" directamente en el sistema nervioso si no en determinados "centros" espirituales, que, como dijimos, están íntimamente ligados a nuestros centros nerviosos. Estos centros espirituales son el nexo entre las vibraciones y la parte física; son los adaptadores de su frecuencia e intensidad.
Así, en la cabeza, en el corazón, en la columna vertebral y en muchas partes vitales de nuestro organismo tenemos centros espirituales en contacto con nuestros centros nerviosos, a los cuales transmiten las vibraciones que reciben, produciendo reacciones que tienen apariencia física, aun cuando tengan una causa netamente espiritual.
A través de esos "centros" recibimos vibraciones espirituales de acuerdo con la ley de evolución, vibraciones que actúan en la materia, la cual debe evolucionar, sutilizándose hasta llegar a la plena sutilización, que significa haber evolucionado y progresado de tal modo que pasamos a experimentar en planos muy sutiles, mas elevados, alejándonos de este plano de formas más denso.
Como hombres somos perfectos pero debemos seguir evolucionando y avanzando en el camino del perfeccionamiento, y en ese perfeccionamiento evolutivo vamos transformándonos hasta que la materia que nos conforma sea ya tan sutíl que deje de ser materia física, tanto visible como invisible, para estar conformados solo por vibraciones sutiles.
Dentro del proceso evolutivo o de perfeccionamiento de la materia, ésta comienza a sutilizarse hasta llegar finalmente a la "divinización". Esto significa que absolutamente todo es espiritual y que la materia, lo físico, es un estado de lo espiritual, una apariencia, algo que no existe por sí mismo sino que es un momento o una forma de lo espiritual, un estado determinado de la vibración espiritual, el mayor estado de densificación manifestada.
Podemos definir que la "semilla divina" nace sutilísima, sin forma, es solo vibración mental y se densifica hasta llegar a los planos de forma donde se manifiesta en múltiples vibraciones y luego se sutiliza hasta divinizarse, es decir retorna a la Divinidad de la cual proviene nuevamente como una sola vibración mental.
Ese proceso evolutivo conforma una verdadera elíptica evolutiva que es la que debe efectuá el ser.
La materia que conforma nuestro cuerpo físico es, en sí, un conjunto de vibraciones distintas, armonizadas para constituir una forma.
Hemos visto que existen distintos puntos evolutivos, desde el hombre primitivo hasta el hombre muy evolucionado, que conforman una escala ascendente que va de lo más rudimentario a lo más sutíl. Ese es el reflejo de la denominada "elíptica evolutiva" que debemos seguir desde que comenzamos a encarnar hasta llegar nuevamente a ser solo vibración sutíl.
Si nacemos como una "semilla divina" y tenemos en nuestro interior todas las facultades en estado embrionario, no podemos experimentar a partir de ese primer momento como humanos sino hemos ido desarrollando nuestras facultades.
Si tomamos contacto con las vibraciones físicas en forma directa sin ninguna preparación previa cometeremos errores por desconocimiento, cargándonos con deudas a la ley del amor injustamente. De esta manera no existe la justicia divina.
Además debemos pensar que el punto evolutivo que corresponde a los humanos es un punto a lograr dentro de la elíptica evolutiva a que está atado todo espíritu.
Recién nacido de Dios, el espíritu es una "semilla divina" que por ley de experiencias debe ir tomando contacto paulatino con todo tipo de vibración que exista en el universo.
Nacida en la más sutíl de las vibraciones, debe ir densificándose hasta llegar a planos de forma como el nuestro, vale decir que debe ir tomando contacto con todas las vibraciones que componen nuestro mundo. Esas vibraciones están agrupadas en los cuatro reinos; mineral, vegetal, animal y humano.
Si de una semilla germina una planta con flores y frutos o un árbol enorme es porque se fue desarrollando todo el potencial que esa semilla traía. Los animales lo hacen hasta que llegan a ser ejemplares adultos.
Una criatura desde que nace hasta su mayoría de edad desarrolla todas las facultades físicas y espirituales que trae en forma rudimentaria.
Como vemos en todo lo físico, visible e invisible, se cumple la ley universal de evolución y progreso, y debemos cumplir con la elíptica evolutiva en lo físico y en lo espiritual.
En la creación nada es inútil, todo tiene una finalidad que es siempre y absolutamente de bien aunque halla apariencias que puedan parecer lo contrario.
Debemos pensar que el reino mineral es la primera forma de vida en nuestro planeta, el reino vegetal la segunda, el reino animal la tercera y el humano la última forma y la más evolucionada.
Esta definición coincide con lo investigado por la ciencia.
Es totalmente apreciable si observamos la complejidad de los ejemplares que componen los reinos. Veremos que esta secuencia está dentro de cualquier lógica que apliquemos.
Llegado el momento de empezar la "semilla divina" a experimentar en mundos de forma, como el nuestro, no debe desconocer ninguna de las vibraciones que lo componen, pues esto va en contra de su voluntad y libre albedrío, ya que al no conocerlas no puede elegir y tiene además choques vibratorios que no sabe manejar.
Si estudiamos los reinos de la naturaleza, sabemos que el primero que se formó fue el mineral, quien posteriormente dio origen a los otros reinos, pues es componente primario de todos los demás.
Debemos recordar que la ciencia explica que los planetas fueron desprendimientos del sol y que en un principio eran una masa ígnea de elementos minerales. En el caso de nuestro planeta, se fue enfriando y empezaron a sucederse fenómenos naturales que le dieron paulatinamente la forma actual. Si recordamos las edades, primero son los minerales en estado totalmente ígneo, luego de millones de años aparecieron las formas vegetales y los primeros vertebrados, después de otros millones de años aparecieron las formas animales más complejas y luego el hombre. Esto está dicho por la ciencia quien ha determinado las eras geológicas y a continuación haremos un repaso sobre ellas.


Precámbrica o Azoica, Primaria o Paleozoica, Secundaria o Mesozoica, Terciaria o Cenozoica y Cuaternaria o Antropozoica.
Precámbrica o azoica: es el período más antiguo en el que no se han hallado fósiles.
Se inició con la formación de la corteza terrestre. En esta era tuvieron lugar varios ciclos orogénicos con abundante metamorfismo y procesos magmáticos. (Magmas = minerales a alta presión y con una temperatura de 600º a 1500º C., principalmente silicatos y compuestos volátiles). No se tiene idea de la duración de esta era. Se calcula en 4000 millones de años.
Primaria o Paleozoica: En el paleozoico se produjo un repentino incremento de organismos vivos que se relaciona con cambios en la composición atmosférica y en el clima. Aparecieron las primeras plantas terrestres y los primeros vertebrados. Su duración es alrededor de 340 millones de años.
Secundaria o Mesozoica: Esta es la llamada era de los reptiles pues es cuando se produjo su mayor expansión y ocuparon todos los ambientes (aire, agua y tierra).
Aparecen los mamíferos y las aves. Sigue expandiéndose el reino vegetal incluyendo ya las primeras fanerógamas y las criptógamas vasculares. Esta era duró aproximadamente 165 millones de años.
Terciaria o Cenozoica: En esta era alcanzaron su mayor desarrollo las plantas superiores, gimnospermas y angiospermas, y en los animales las aves y los mamíferos. Otra característica muy importante es la desaparición de los grandes reptiles que marca la separación del Mesozoico con el Cenozoico.
Cuaternaria o Antropozoica: las características más notables de este período son, las glaciaciones, la presencia de una flora y una fauna muy parecida a la actual y naturalmente la aparición del hombre. Últimos dos millones de años.

La datación radioactiva permite medir tiempos geológicos que se asigna en base a la velocidad de desintegración de los isótopos radioactivos, que no fueron descubiertos hasta fines del siglo 19.
Como cada isótopo radioactivo termina convirtiéndose en un producto de desintegración final y estable (Uranio 238-->Plomo 206; Uranio 237--->Plomo 207), por ejemplo conociendo dicha velocidad puede inferirse el tiempo de desintegración en cualquier mineral que contenga uranio, lo cual con otras pruebas dice mucho sobre la historia geológica de una roca examinada.
Los datos de estos métodos sugieren que la Tierra tiene mas de 4,5 mil millones de años, teniendo la roca mas antigua conocido 3,96 mil millones de años, encontrada en los gneiss de Acasta, zona de rocas al sureste del lago Gran Oso en los territorios del nordeste canadiense. Rocas tan antiguas se encontraron en Groenlandia, Labrador y Australia Occidental.
El tiempo geológico se divide en eones (del griego aion = edad), eras, y unidades menores. La historia de la Tierra se divide por convención en tres eones:
ARCAICO: Abarca desde el nacimiento del Planeta hasta unos 2.500 millones de años. Época sin vida.
PROTEROZOICO: (Próteros = primeros) Duró hasta hace unos 2.000 millones de años. Aparición de los primeros seres vivos.
FANEROZOICO: (Phanerós = manifiesto) Comenzó hace unos 540 millones de años. Manifestación de vida evolucionada hasta la actualidad

Esto define el proceso que debe seguir la semilla divina para cumplir con esta parte de su trayectoria, ya que la misma en realidad abarca desde que nace hasta que se reintegra a la Divinidad. Más adelante veremos los aspectos espirituales de su evolución.
Quiere decir que nuestra experiencia en este mundo comienza por tomar contacto con el reino mineral, base de todos los demás reinos. En realidad es solo de "contacto", quiere decir que la semilla divina no toma la forma del mineral sino que experimenta en contacto con él, entrando y saliendo rápidamente. De esta manera va conociendo las vibraciones que luego tendrá que utilizar en los otros reinos.
Una vez terminada la experiencia en el reino mineral y logrado un mayor punto evolutivo comienza a experimentar en el reino vegetal. Que tipo de experiencia realiza en este reino? Podemos mencionar las relativas al contacto con el aire, el sol, la lluvia, el calor, el frío, los vientos, las tormentas, y en algunos casos ya tienen un acercamiento a la vibración humana.
En esta experiencia la semilla se introduce en la forma vegetal aunque no la posee, el vegetal vive por si mismo independientemente de la semilla divina, y va avanzando desde las formas más simples hasta las más complejas.
Todas las sensaciones de ambos reinos, mineral y vegetal, son absorbidas por el aspecto sensorial y mental de la semilla divina, denominada en este punto "embrión", en formas muy sutiles y primarias para poder reconocer luego estas vibraciones en formas más complejas.
Luego viene la experiencia animal, en donde por su punto evolutivo pasa a llamarse "estado de semi-conciencia" o "punto de semi-conciencia". Comenzando por los unicelulares y llegando luego a los más complejos, con la finalidad de que vaya conociendo esas vibraciones en forma paulatina para que no haya choques vibratorios al tomar formas más avanzadas. Aquí sí toma las formas, es parte de la forma animal, comenzando a desarrollar su sentido de individuo en los ejemplares más avanzados, más evolucionados, comienza a tener una semiconciencia de su existencia.
La experiencia en este reino es muy larga ya que debe acumular infinidad de sensaciones y sentimientos que, en conjunto con lo que ya trae, van a formar su alma y su conciencia de bien y de mal.
Podemos ver que aquí recorre toda la gama de sensaciones y sentimientos, aunque rudimentarios. Comienza siempre por formas simples, para ir tomando contacto con la vibración animal. Es muy difícil hacer una enumeración de todas las experiencias, pero se puede complementar con una observación de este reino a nuestro alrededor.
Podemos mencionar que las mismas van desde la maternidad hasta la muerte provocada por otros animales, (comer y ser comido), provocada por enfermedades o accidentes o por el hombre. Atacar y ser atacado. Vivir en forma totalmente solitaria o formar grupos familiares, sociales (majadas, cardúmenes, etc.) o como en el caso de las hormigas y abejas que son verdaderas organizaciones. Vivir experiencias muy cortas, como en un mosquito o muy largas como en el caso de las tortugas o los elefantes. En esta parte la elíptica de la semilla divina comienza por formas animales simples y va poco a poco evolucionando y acercándose a formas más complejas hasta llegar a las que toman contacto con el reino humano. Así podemos observar que las últimas experiencias la realiza en animales domésticos recibiendo todo tipo de sentimientos y a la vez cerca de la vibración humana que será su próxima morada.
En estos animales hemos notado que su raciocinio se encuentra muy evolucionado y que captan nuestros estados de ánimo. Además demuestran cierto desarrollo de inteligencia y muchas veces hemos comentado "solo le falta hablar". Es que los aspectos de mente y de alma son los mismos que los nuestros, nada más que en un punto evolutivo anterior, es decir menos desarrollados.
En todos lo casos, cuando pasa del reino mineral al vegetal comienza en formas unicelulares que contienen aspectos minerales y vegetales, cuando pasa del reino vegetal al animal lo hace primero en formas unicelulares que contienen elementos vegetales y animales. Podemos mencionar algunas formas: protozoos, corales, líquenes, algunas especies de algas, etc.
Esto es debido a que la ley de experiencias prevé que no halla choques vibratorios, pues sino toma contacto previo con las vibraciones que le van a servir para expresarse, estas le son totalmente desconocidas y provoca en consecuencia desarmonía en la "semilla divina" que le impiden completar adecuadamente la experiencia.
Una "semilla divina" no debe realizar experiencias en todos los vegetales ni en todos los animales, debe hacer experiencias siguiendo una determinada línea de especies que cubran la necesidad total de su desarrollo. En una misma línea hay muchas especies que pueden llamarse paralelas por lo tanto es necesario hacer la experiencia en una sola de ellas. Por ejemplo: si se trata de la especie "felinos", no se necesita hacer la experiencia en todos los felinos.
Cada semilla recorre ambos reinos en forma directa, necesaria al proceso evolutivo, sin necesidad de recorrer todas las especies paralelas.
La diferencia existente entre la "semilla divina" que vive en el reino mineral, vegetal y animal, con la "conciencia plena" que vive en el reino humano, es la evolución alcanzada, porque el espíritu del hombre posee vibraciones mentales y vibraciones sensoriales como las posee la "semilla divina", aunque en distinto punto evolutivo.
Dado que los dos aspectos son el mismo espíritu nacido de Dios con distinto progreso evolutivo, lo llamamos "semilla divina" y "conciencia plena" para diferenciarlo en el punto de la elíptica en que se encuentra. Recordemos que la "semilla divina" pasa por dos niveles de evolución, como "embrión", experimenta en los reinos mineral y vegetal, y como "semi-conciencia" en el reino animal
Todas las experiencias realizadas hasta aquí se almacenan en la "semilla divina" en su aspecto mental además de incorporarse al alma para formar los aspectos sensoriales.
En cuanto al paso del animal al humano lo veremos en detalle más adelante cuando hallamos incorporado más elementos que nos permitan comprender adecuadamente esta parte de nuestra experiencia. Quedará totalmente esclarecido bajo el titulo "Forma humana".
Observamos así que en cada reino comienza por los aspectos más sutiles y simples, y a medida que evoluciona y progresa toma elementos que son más evolucionados y más complejos.
Esa "semilla divina" comienza su elíptica en nuestro mundo con sus facultades divinas, voluntad y libre albedrío en desarrollo, y logra avanzar en su evolución a través de las experiencias en el reino mineral y vegetal (embrión), animal, (semi-conciencia).
Terminada la experiencia en estos tres reinos y habiendo ya despertado totalmente nuestro sentido de individualidad realizamos un proceso en el espacio que es, analizar todas las experiencias realizadas y formar nuestra conciencia de bien y de mal. Este es un largo proceso ya que las vibraciones recogidas son numerosísimas y muy variadas y deben analizarse en su totalidad.
Una vez desarrolladas en el espacio la conciencia y los aspectos de alma, lo que nos permite aplicar la voluntad y el libre albedrío, tomamos forma en el reino humano transformándonos en "conciencia-plena", por haber evolucionado y desarrollado las facultades inherentes a nuestra calidad divina, es decir que estamos en condiciones de razonar, elegir, discernir, sentir, amar, pensar, aunque al principio en forma rudimentaria, como hombre primitivo.
Como las leyes divinas son justas y perfectas, condicionan al hombre, siempre de acuerdo a su punto evolutivo. No son iguales las acciones de un ser primitivo al de un ser evolucionado.
Si esto no fuera de esta manera, los errores cometidos al principio de la experiencia nos impedirían poder progresar por no superar todos los aspectos necesarios.
Por eso es que la justicia divina actúa de acuerdo al punto evolutivo alcanzado por cada uno, es decir que cada uno responde a la ley individualmente de acuerdo a la evolución y progreso alcanzado.
No solo se tiene en cuenta la evolución individual espiritual, sino que se valoran los aspectos sociales, culturales, religiosos, étnicos que nos tocan vivir. No es lo mismo una poligamia, penada en nuestra sociedad occidental, que en algunos países del oriente donde esto es totalmente lícito.
Si lo hacemos en occidente estamos contrayendo una deuda kármica.
Somos llevados a los lugares del mundo donde nos corresponde hacer la experiencia y si actuamos de acuerdo a las leyes humanas de la sociedad, a los preceptos religiosos de la doctrina, a los aspectos culturales, y a la manifestación permanente de amor de acuerdo al punto alcanzado, todo esto de acuerdo a nuestra conciencia, a nuestra verdadera conciencia, habremos actuado verdaderamente bien para la ley, significándonos progreso evolutivo para nuestro espíritu.
Un mismo hecho no tiene la misma implicancia para dos seres de distinto punto evolutivo, sino que a cada uno le corresponderá la respuesta a ese hecho de acuerdo al grado de bien y de mal a que haya llegado su alma.
Un ser primitivo actúa todavía condicionado por un aspecto mental y emocional-sensorial rudimentario, es decir que la mayoría de sus actos son instintivos y responden a su rudimentaria conciencia. Si lo analizamos fríamente no es lo mismo cazar para subsistir que cazar por deporte. La diferencia es mayor todavía si el ser es un espíritu muy evolucionado o con profundos conceptos espirituales, pues debería saber que no debe interferir en las experiencias de las "semillas divinas". Si tenemos verdaderos principios espirituales debemos manifestar constantemente amor, fraternidad, tolerancia, comprensión, aplicar el discernimiento, el libre albedrío, la voluntad al servicio de nuestro aspecto espiritual y actuar de acuerdo a nuestra verdadera conciencia.
Cuanto mayor conciencia espiritual tengamos, mayor será la trasgresión a la ley en cada error cometido.
Resumiendo algunos conceptos, podemos apreciar que la vida está presente en todo cuanto existe, por lo tanto debemos rodear de amor a las plantas, a los animales, a la naturaleza toda.
Esto no quiere decir que tengamos, en algunos casos que eliminar plantas o animales que nos perjudican, sino que debemos tener en cuenta con que vibración lo hacemos, cual es nuestro sentimiento. Si al eliminar algo lo hacemos con deseos de venganza, con desamor, con agresión, estamos contrayendo una deuda con la ley del amor, en cambio si lo hacemos con responsabilidad, pidiendo que los "embriones" y "semi-conciencias" que estén experimentando en ese medio sigan con su evolución no solo estamos actuando en bien sino que a la vez ayudamos a esos seres en su camino evolutivo. Como todos esos espíritus que están experimentando en la naturaleza tienen su aspecto mental y de alma, reciben la vibración tanto positiva como negativa de nuestra mente y nuestra alma adaptada a su capacidad de recepción.




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