Hablemos ahora de los grupos de “almas” y de los vínculos humanos.
En cada oleada de vida nace una determinada cantidad de “almas” que se convierten por su igualdad de nacimiento en “Almas Hermanas”, pero no obstante ello cada una tiene su propia impronta dada por el impulso de su propio nacimiento. Esa impronta marca las características propias de cada “alma” o “Chispa Divina”.
Esto significa que además de la hermandad existe una afinidad vibratoria dada por la similitud o semejanza en esas propias características y que hace que se acerquen algunas “almas” a otras más que al resto de sus hermanas. Este acercamiento les permite hacer juntas experiencias tanto espirituales como en planos físicos ayudándose mutuamente a superar los problemas kármicos a revertir y también a cumplir con las tareas espirituales que les corresponda.
El grupo de “almas” del cual salen las “almas gemelas”, está formado por aquellos con los cuales hemos experimentado en vidas pasadas, son “almas” con las cuales tenemos aspectos que revertir y tareas que cumplir, y no todas estas relaciones se suponen que sean suaves y placenteras, porque hay cosas que debemos aprender. Por lo tanto, algunas de las personas más difíciles de nuestra vida, probablemente sean parte de nuestro grupo de “almas”. Nosotros encarnamos y evolucionamos en grupos de “almas”, que comparten nuestro camino vida tras vida, y con las cuales podemos tener una relación muy especial en esta vida. Aunque no necesariamente encarnamos todas en el mismo sitio o al mismo tiempo.
A lo largo de las innumeras encarnaciones, existen “almas” que pasan muchas vidas juntas, comparten tareas y experiencias, van uniendo sus vibraciones. Poco a poco la unión vibratoria se ira consolidando y durará eternamente convirtiéndose así en “almas gemelas”.
Las innumeras experiencias juntas de esas almas hacen que en un momento determinado por la ley del Amor estén preparadas para comenzar sus experiencias como parejas, intercambiando los roles, logrando así una compenetración espiritual mas profunda.
Solo a través de un nivel muy elevado de unión espiritual se puede empezar a unirse en pareja que en el aspecto humano es una unión física pero en el espiritual es bien profunda y para toda la eternidad.
Esto es debido a que las tareas espirituales necearías en todo el universo son cada ves de mayor envergadura por lo tanto los seres que enfrentarán estos desafíos deben estar compenetrados al máximo unos con otros y esto se logra en el plano humano a través de las experiencias como pareja.
Como sabemos humanamente que estamos ante nuestra “alma gemela”?
El saber con claridad que estamos frente al ser o la persona que tanto hemos esperado durante nuestra existencia (que incluye todas las vidas, no solo ésta) es algo que sólo nuestro corazón nos dará, por lo que únicamente debemos de escucharlo a él… no a nuestros deseos, ni carencias, ni miedos, ni obsesiones, etc.
Las “almas gemelas” tienen los mismos intereses, su atracción no es sólo física o sexual y la ternura ocupa sus instantes y sus miradas.
Ese amor trasciende la edad, la materia, la raza, el credo, las distancias.
Al verse, sienten una infinita necesidad de abrazarse y expandir las energías de sus corazones. Ambas desean crecer espiritual e intelectualmente, se incentivan mutuamente por ese crecimiento personal, no existe entre ellas el egoísmo ni la individualidad y tienen el deseo, aunque inconsciente, de llevar a cabo su misión juntos.
Se complementan en todos los sentidos. Se aceptan, se respetan, hacen planes para el futuro, se quieren como son. Si se pelean parecen deprimirse y buscarán rápidamente aclarar sus malentendidos, con humildad y generosidad el uno por el otro. Y su amor crecerá cada día más y más. Se dan cuenta que aunque separadas han estado buscándose siempre, ahora comprenden el por qué de la espera, por qué la alegría de vivir y por qué los corazones no se cerraron a la llegada del amor.
Sus experiencias pasadas fueron la preparación para el reencuentro.
Con el “alma gemela” todo sentimiento será muy diferente a los que hayamos vivido antes.
En el plano erótico, las almas gemelas descubren desde el primer momento que su partenaire conoce su cuerpo a la perfección. Se acariciarán y besarán como si fueran un solo cuerpo y sus encuentros eróticos deben llegar a estar más allá del tiempo y el espacio, porque ambos perciben, al mismo tiempo, que se trasportan a otra dimensión. La sensación de libertad y de vuelo mientras hacen el amor es sublime, es muy profundo, se elevan a lo infinito, a lo intangible, están más cerca de la realidad espiritual lejos de la sensación meramente física. Es una Tarea importantísima para purificar todo lo que sea relación humana tanto en lo cotidiano como en el acto amoroso.
Sin este último nivel físico, las almas gemelas no pueden reconocerse verdaderamente como pareja pues seria un contacto meramente físico, sin embargo debe ser primordial el aspecto espiritual que nos permitirá gozar aun más de nuestra unión física e irradiarla al plano desde donde se podrá influir para purificar estos aspectos tan tergiversados, de tan bajos instintos.
Si nos encontramos con un “alma gemela” se genera una relación profunda con esa persona, nos damos cuenta que la conocemos interiormente, como conocemos sus reacciones, como percibimos sus virtudes y defectos. Debemos tener presente que hemos compartido varias encarnaciones previas con dicha persona.
Nuestra pareja del alma es alguien que ha contraído un vinculo espiritual con nosotros para ayudarnos a evolucionar y progresar para transformarnos en el mejor ser espiritual que podamos ser y quedarse con nosotros por el resto de nuestra vida tanto humana como espiritual.
No olvidemos que como Espíritus estamos unidos con ese grupo de “almas” por toda la eternidad aunque quizás logremos mayor afinidad con algunas que con otras. Logrado cierto punto evolutivo estaremos en condiciones de poder actuar conjuntamente con cualquiera de los Espíritus en ese nivel ya que habremos logrado un desarrollo tal que predomina en nosotros la “Fraternidad Universal” aunque ya no nos separaremos nunca más de nuestras “almas gemelas” y mucho menos de aquella con la cual hemos llegado a formar una pareja Espiritual que luego trasciende en lo humano.
Hablemos ahora de los grupos de almas y de los vínculos humanos.
El grupo de almas del cual salen las almas gemelas, está formado por aquellos con los cuales hemos experimentado en vidas pasadas, son almas con las cuales tenemos aspectos que revertir y tareas que cumplir, y no todas estas relaciones se suponen que sean suaves y placenteras, porque hay cosas que debemos aprender. Por lo tanto, algunas de las personas más difíciles de nuestra vida, probablemente sean parte de nuestro grupo de almas
A lo largo de las innumeras encarnaciones, existen almas que pasan muchas vidas juntas, comparten tareas y experiencias, y estas son las almas gemelas. Los motivos son porque han nacido en una misma oleada de vida, han recibido el mismo impulso de nacimiento y han pertenecido a una misma alma grupal. Esto hace que la afinidad vibratoria se refuerce al compartir muy de cerca las encarnaciones y estar en contacto permanente en los aspectos espirituales y humanos.
Nosotros encarnamos y evolucionamos en grupos de almas, que comparten nuestro camino vida tras vida, y con las cuales podemos tener una relación muy especial en esta vida. Aunque no necesariamente encarnamos todas en el mismo sitio o al mismo tiempo.
Dentro de estos grupos de almas gemelas, existen muchas clases de relaciones.
Podemos pertenecer a un mismo sexo o raza, o de sexo diferente, o de raza diferente.
Con un alma gemela podemos llegar a ser pareja, como también parientes cercanos, padre, madre, hijo, hermano, tío u otra clase de parentesco, o ser amigos, compañeros de oficina, vecinos, que pueden o no transformarse en nuestra pareja romántica, pero es seguro que con esas personas logramos una relación instantánea, una empatía, como si lo conociéramos de “toda la vida”, y cada uno de nosotros es sensible a los sentimientos del otro.
Muchas veces nos casamos con las parejas del alma para ayudarnos mutuamente en las superaciones que tenemos que realizar y en las tareas que debemos afrontar y esto nos permite fortalecer aún más los vínculos espirituales.
Si nos encontramos con un alma gemela se genera una relación profunda con esa persona, nos damos cuenta como la conocemos interiormente, como conocemos sus reacciones, como percibimos sus virtudes y defectos. Debemos tener presente que hemos compartido varias encarnaciones previas con dicha persona, no necesariamente como pareja.
Una definición más realista de la pareja del alma es que se trata de un complemento nuestro que va más allá de la atracción física, y tenemos la capacidad de ayudarnos mutuamente en el desarrollo de los niveles físico, mental, y espiritual de ambos.
Nuestra pareja del alma es alguien que ha contraído un vinculo espiritual con nosotros para ayudarnos a evolucionar y progresar para transformarnos en el mejor ser espiritual que podamos ser.
Una pareja del alma puede ser un miembro de nuestra familia, o un amigo y puede quedarse con nosotros durante un corto período de tiempo, para ayudarnos a aprender o experimentar algo que necesitamos experimentar, o quedarse con nosotros por el resto de nuestra vida. Eso depende de la lección que debamos aprender y de la naturaleza de la conexión. Si es para ayudarnos mutuamente durante esta encarnación será para esta vida humana.
No olvidemos que como Espíritus estamos unidos con ese grupo de almas por toda la eternidad aunque quizás logremos mayor afinidad con algunas que con otras. Logrado cierto punto evolutivo estaremos en condiciones de poder actuar conjuntamente con cualquiera de los Espíritus en ese nivel ya que habremos logrado un desarrollo tal que predomina en nosotros la “Fraternidad Universal”.
Hay un interrogante que, a pesar de todos sus esfuerzos, el hombre no ha podido aún dilucidar fehacientemente: ¿cuándo y como apareció el primer hombre en la Tierra? Cuando el punto alcanzado por la Evolución en lo físico y en lo Espiritual en la Tierra, que ya poseía los tres Reinos de la Naturaleza, mineral vegetal y animal, es decir cuando en la Tierra los seres que estaban experimentando llegaron a un punto de evolución tal que ya necesitaban la forma humana para poder experimentar, el planeta estaba en condiciones de comenzar con el Reino Humano.
Cuando llega el "momento" va preparándose la "forma", que deberá recibir Vida más Evolucionada. Después de aparecer el Reino Vegetal apareció el Reino Animal y, luego, el Reino Humano, que constituye el peldaño siguiente. Del humano actual se pasará, a través del proceso de sutilización que deberá operarse en la "forma", es decir el cuerpo humano nuevo, al Hombre Sutil, que deberá ser instrumento físico de Seres de una mayor Evolución, en el futuro de nuestro Mundo.
Debemos tener presente que para que ello ocurra también el planeta debe sutilizarse, es decir debe cambiar su estado vibratorio, debe ocurrir en él todos los cambios físicos y espirituales necesarios al nuevo punto evolutivo dentro de la elíptica ya explicada.
A pesar que en el Reino Animal existen seres antropomorfos, la Ciencia que es la gran investigadora y tiene la palabra en esto, no ha encontrado elementos suficientes para poder afirmar categóricamente la continuidad entre el Reino Animal y el Reino Humano. SIGUEN BUSCANDO EL ESLABON PERDIDO
Cuando debe operarse una transformación definitiva en las "formas", como ocurre en ciertos "momentos" de la Evolución en los Mundos algunos seres son preparados mediante Vibraciones Superiores que actúan sobre los órganos de la procreación, sobre los aspectos genéticos, para iniciar el proceso que culminará con la "transformación "que impone la Ley de Evolución.
No solamente hablamos del reino humano, también determinados Seres de un punto evolutivo avanzado, realizan Tareas Espirituales atrayendo las vibraciones de “transformación” para influir en la genética de los otros reinos cuando deben producirse en ellos grandes cambios, como lo fue la transformación de los grandes saurios a nuestros animales actuales, como también el desarrollo del reino vegetal a formas mas complejas.
El comienzo de esa "transformación” se realiza en lo íntimo de las células creadoras de nuevos seres y es absolutamente invisible en lo externo de modo que cuando aparece el "nuevo ser" como el ser humano después del antropoide no existe continuidad.
Esas Vibraciones son de dos "calidades" diferentes; la primera podría llamarse “Preparatoria” porque lleva a determinados seres al punto de evolución física necesaria en que habrá de efectuarse la transformación. Llegado ese punto comienza a actuar la Vibración Transformadora.
En un principio, la Vibración "Transformadora" actúa simultáneamente sobre los órganos masculinos y femeninos de la procreación, de los seres preparados a los cuales está destinada. Los órganos femeninos la asimilan transformándola en una nueva vibración que luego se transmite de generación en generación.
Debe aclararse que las células masculinas no asimilan esa Energía sino que la retienen y la transmiten a los seres masculinos que procrean y estos la reciben en las células genéticas masculinas.
Esa Energía va, progresivamente, multiplicándose y acumulándose y su “presión” produce modificaciones vibratorias que no significa cambio alguno en la forma sino adaptación a la vibración “Transformadora”, es decir va preparando a esa especie para el cambio genético.
Ese proceso continúa hasta el "momento" en que habiendo alcanzado esa energía el punto de intensidad y acumulación los genes acusan el impacto y producen cambios en los seres que nacen con un cambio todavía rudimentario pero que los diferencia de la especie en que nacen. Esas características nuevas comienzan a evolucionar diferenciando cada vez más a la nueva especie.
El nacimiento del Reino Humano en la tierra permitió la encarnación en este mundo de los primeros Espíritus en formas primitivas, pero bien diferenciadas en su genética del reino animal, aunque en un principio no difieran demasiado en las costumbres, pues el único antecedente de acción previa en este mundo era el reino animal.
Todo ello constituía el "momento" determinado por la ley en la evolución de la vida en la tierra, "momento" que sincronizaba un determinado "punto" físico con un determinado "punto" espiritual logrado en él, en virtud de los aspectos de vida manifestada en los tres Reinos de la Naturaleza existentes ya en el planeta cuya evolución permitía ya la aparición del reino humano. La vibración de un mundo en esas condiciones constituye el "momento" que el Plan Evolutivo señala para el comienzo de la manifestación en ese mundo de vida en un punto Evolutivo más avanzado, que es el de vida que acaba de adquirir Individualidad, Conciencia, Libre Albedrío, Voluntad y Capacidad de Discernimiento aunque en forma rudimentaria.
Esos factores determinan la necesidad de que el ser disponga de una “forma” como instrumentó que le permita emplearlos y que, además, esté preparada para poder evolucionar acompañando la evolución espiritual de ese ser.
¿Qué proceso se operó para la aparición en la Tierra de la "forma" vegetal y de la "forma" animal?
La "forma" vegetal inicial unicelular se formó mediante la “coincidencia" de determinados elementos minerales pero como esa forma debía acompañar la evolución de la Vida Evolucionante la Ley respondió con la Acción de la Vibración que inició en ese conjunto el proceso de segmentación que quedó ya en la forma vegetal y Actúa constantemente en ella.
Dentro del Plan Evolutivo, ese era el "momento" en que "Chispas" Divinas en un determinado "punto" Evolutivo debían comenzar a Experimentar, en este planeta, mediante "formas" con las características que en nuestro mundo constituyen el Reino Vegetal.
El comienzo de la "forma" animal (y pensemos en los protozoarios unicelulares) fue exactamente igual al de la vegetal.
No existe continuidad en las "formas" de los cuatro Reinos ni la habrá -cuando llegue el "momento"- entre el hombre actual y el Hombre Sutil del futuro.
La aparición de la "forma" humana en la Tierra no fue producto de una progresión ininterrumpida de pequeños pasos, sino de la "eclosión” producida por la Energía "Transformadora" acumulada y en Condiciones de Actuar qué modificó, en un sentido determinado la Vibración de los genes de las células creadoras que transmiten o modifican los caracteres de la especie.
Actualmente, en nuestro Mundo se está Trabajando desde los Planos Espirituales sobre determinados seres humanos para llevar la forma Humana en el número necesario y en determinados lugares de la Tierra al punto de perfección requerido para poder dar comienzo a la Acción de una Vibración "Transformadora" que iniciará el proceso invisible de transformación y que culminará con la aparición del HOMBRE SUTIL en el planeta, aun cuando el prototipo demorará milenios en nacer.
Lo mismo ocurrió en la especie antropoide utilizada para el nacimiento de la actual especie humana, de la cual se llevó a determinados ejemplares al punto de perfección física que permitiera luego a la Vibración "Transformadora" actuar sobre ellos de acuerdo con el Plan de Evolución.
En los primeros seres humanos, la verdadera diferencia con los antropoides radicaba en el aspecto invisible. Los genes que fueron modificados por la Energía Transformadora al hacer impacto en ellos se gestaron con diferencias que fueron luego evolucionando y adaptando las "formas" a las necesidades Espirituales y físicas. Esas diferencias no eran solo en el aspecto físico sino también en los centros espirituales o chakras, dando lugar a nuevos centros con funciones mas avanzadas.
Los minúsculos "puntos" que permitían la "conexión" de la mente humana y el alma humana con la Mente Superior y el Alma Superior, (componentes del Espíritu en Proyección ubicado en el Plano astral del mundo), tenían también influencia física.
A medida que el ser fue progresando y acentuando su contacto con su Mente Superior y su Alma Superior, esos "puntos" de contacto se fueron haciendo más fuertes y más sensibles y actuaron sobre determinados centros nerviosos, que fueron realizando un cambio en las características craneanas y otras, que corresponden al humano ya no a la especie que dio origen al humano.
Entonces, para que en el proceso Evolutivo de un Mundo puedan comenzar a manifestarse y Experimentar en él Seres de mayor Evolución, es necesaria la previa preparación de una " forma" adecuada que le permita Trabajar mediante ella en forma acorde con su "punto" Evolutivo.
¿Cómo se afianzó la especie humana en la Tierra?
De esos primeros humanos nacieron -en el "momento"- una cierta cantidad, en distintos lugares del mundo. Esas primeras "formas" humanas debieron adaptarse a un ambiente hostil, y esa adaptación requirió tiempo, durante el cual -como ya dijimos- se efectuó un proceso de selección natural, y después del mismo quedaron los ejemplares que habrían de continuar y cimentar la Raza Humana.
Esos primeros hombres convivían con los animales; ellos no tenían conciencia de su diferencia, pero, por Ley de Afinidad, después se fueron separando paulatinamente. Uno de los mayores peligros para la afirmación definitiva de la nueva especie era el apareamiento con los antropoides con los cuales convivía pero ese peligro estaba previsto en la perfección del Plan Evolutivo y algunas conmociones geológicas aislaron a varios grupos de humanos en diferentes lugares.
La llegada del hombre a la Tierra coincidió con el período glaciar, lo que lo obligó a buscar protección en la cueva o en la caverna, y como era una especie nueva, muchos sucumbieron, sin duda, por falta de defensas físicas; pero, la necesidad de protegerse los obligó a buscar los medios, y así descubrió y utilizó el fuego.
El descubrimiento del fuego fue una "sugerencia" de las Mentes guías como respuesta a las nuevas necesidades pero indudablemente el nuevo ser estaba en condiciones de inteligencia para recibirla y aplicarla en cambio, un animal no.
La evolución de los Mundos está perfectamente sincronizada con la Evolución de la Vida manifestada en ellos. En el "momento" en que debió aparecer la "forma" humana en la Tierra, grandes hielos cubrieron vastas regiones y durante siglos y siglos algunas zonas permanecieron completamente aisladas, lo que permitió que los grupos de nuevos seres pudieran vivir solos y se afianzara la especie humana.
Con esto queda claro que no debemos considerar al humano como producto de transformación progresiva del animal.
El núcleo de las células está constituido por los cromosomas, que, vistos con microscopio, parecen hilitos y son una acumulación de partículas, entre cada una de las cuales existe un intersticio en el cual está ubicado el gen. El gen es, en el núcleo de la célula, el elemento transmisor de las características de la célula. Cada célula posee sus características propias, según sea el tejido al cual pertenece (por ejemplo: célula epitelial, célula muscular, célula ósea) y esas características son transmitidas por sus genes.
Todas las células del organismo tienen sus genes, pero los únicos genes que transmiten las características de la especie son los genes de los óvulos y los genes de los espermatozoides. Los genes de las otras células sólo transmiten las características de la propia célula. Por lo tanto, es sobre los genes de los óvulos y sobre los genes de los espermatozoides que se efectúa la Acción de la Vibración "Transformadora" y esos genes transmiten la Energía que poseen en el momento en que realizan la procreación. Desde que esos genes la reciben hasta que la transmiten, esa Energía ha ido acrecentándose y es transmitida con la adaptabilidad necesaria para evitar cualquier "choque".
Como dijimos, la Energía va acumulándose en los genes y en el "momento" -previsto por la Ley en que debe comenzar la Nueva Raza los genes "acusan el impacto", se produce una eclosión y, entonces, esa Energía penetra completamente los genes y los modifica. Luego, al procrear, procrean ya de acuerdo con los efectos que ha producido en ellos esa Energía o Vibración "Transformadora".
Mientras la Energía va acumulándose en los genes sin penetrarlos, éstos van sintiendo la presión, no la Acción. La presión modifica su vibración en determinada forma y los va adaptando. Podríamos decir que sufren una "presión de adaptación" pero cuando "acusan el impacto" y se "conmueve" el gen y la Vibración "Transformadora” los penetra, lo "transforma" íntimamente. No se trata ya de su adaptación a la Vibración "Transformadora", sino que ésta lo penetra y lo "transforma". No olvidemos que estamos refiriéndonos a algo infinitesimal.
Esa Vibración intensísima, al penetrar en la vibración física del gen transforma su esencia vibratoria física y, debido a ello, cambian las posibilidades de la acción genética del gen en forma tal, que desde ese momento generará seres con características diferentes que serán las características iniciales de la nueva especie
Por lo tanto, el humano no ha sido producto de transformación progresiva del animal sino que el gen del animal modificado por la Vibración "Transformadora" que lo penetró, generó un ser diferente, que fue humano.
Por más que avance el animal nunca podrá ser humano, y por menos inteligente que sea un humano nunca podría ser animal, porque existe entre el hombre y el animal una diferencia esencial en su capacidad para pensar y para sentir; una diferencia de tal naturaleza que separa al Reino Humano del Reino Animal.
Esa diferencia está en lo íntimo, porque la presión y la Acción de la Vibración "Transformadora", al producir "impacto", penetrar los genes y al modificarlos, creó en ellos un nuevo aspecto mediante el cual los genes generaron seres con capacidad para comenzar a pensar y, también, para comenzar a sentir en forma diferente, y no seres de apariencia externa diferente u órganos diferentes solamente.
Por eso, la verdadera diferencia entre el animal y el primer ser humano no fue externa sino interna. La diferencia física era tan ínfima, en un comienzo, que no significó separación entre unos y otros. En todo, como vemos, se evidencia la Sabiduría Divina; si los primeros humanos hubieran sido totalmente diferentes de los animales y, además, inteligentes, no habrían podido convivir con ellos y de aislarse esos pocos, no habrían podido sobrevivir; necesitaban vivir en grey.
Como vemos, no podemos decir que existió el llamado "eslabón perdido", es decir una especie que, en la cadena de evolución y progreso, constituyó el punto intermedio entre el reino animal y el reino humano, porque todos los seres que nacieron de los antropoides cuyos genes habían sido modificados por la Acción de la Vibración "Transformadora", fueron ya humanos.